Durante
la décimo quinta Sesión Ordinaria del Concejo Deliberante de la ciudad de San
Salvador de Jujuy, celebrada el pasado jueves, los Ediles declararon de Interés
Pública Municipal “La Peregrinación Anual
al Santuario de la Virgen del Rosario de Rio Blanco y Paypaya”
El
proyecto de declaración, promovido por el concejal José Luis Sánchez,
presidente del Bloque de la Unión Cívica Radical fue acompañado por el Cuerpo
en su conjunto.
Entre
los fundamentos, se reconoce a la Peregrinación al Santuario como una
festividad religiosa con amplia convocatoria, una celebración con un valor
significativo para la historia y la Fe Católica Jujeña. Una fiesta con una
trascendencia que conmueve y desborda los espíritus de todos los habitantes de
la provincia.
En
cuanto a la convocatoria, se destaca la participación de miles de personas
provenientes de las distintas localidades de la provincia, incluso de
provincias vecinas que se acercan durante el mes de octubre al Santuario de la
Virgen.
“Es
por ello que la Peregrinación posee un significativo valor y trascendencia para
la comunidad jujeña – refirió Sánchez - puesto que los fieles manifiestan un
sentir noble, un corazón entregado en familia y una emoción que toca los más
bellos pensamientos de alabanzas, oraciones de agradecimientos y pedidos
esperanzados”.
Como
todos los años, cada domingo de octubre y durante todo el mes millares de
fieles, llegados de todas partes, escoltan a Nuestra Señora del Valle de Rio
Blanco y Paypaya. La procesión inicia en horas de la madrugada, parte de la
Iglesia Catedral y los feligreses con sacrificio caminan kilómetros, muchos de
ellos descalzos. Desde todos los barrios de San Salvador los promesantes se
unen a la procesión y su paso es acompañado con oraciones, cánticos y
misachicos. También, sus devotos acompañan a la Virgen de Río Blanco con otras
imágenes religiosas.
Al
llegar al Santuario de Rio Blanco, la Virgen es recibida con manifestaciones de
alegría de los que se adelantaron, el sonido festivo de los fuegos artificiales
y salvas, las lágrimas de amor de algunos fieles y el agitar de pañuelos
blancos en señal de agradecimiento por alguna petición cumplida o simplemente a
manera de saludo de bienvenida.
El
Santuario, se encuentra ubicado en la Ruta Provincial N° 1, en el humilde y
antiguo pueblito de Rio Blanco, a unos 9 kilómetros y medio de San Salvador de
Jujuy. Un paraje custodiado por la estatua del querido y siempre recordado
Padre Obispo Marcelo Palentini, es el hogar de la Patrona de Jujuy: Nuestra Señora del Rosario de Rio Blanco y
Paypaya.
Historia y devoción
de un Pueblo
En
1611 Luis de Quiñones asumía el poder del gobierno de Tucumán y resolvía
proveer las necesidades espirituales de los indios que habitaban aquella
región: los Ocloyas, Osas y Paypayas. El primer “encomendado” de estos últimos
fue Don Alonso de Tapia que mando levantar para ellos una capilla en el Valle
de Palpalá, pues el Padre Francisco de Córdoba, de la Compañía de Jesús, ya los
venia catequizando desde hacía algún tiempo. Formaron, entonces, la población
de San Francisco de Paypaya.
EN
1659 Los Paypayas, Osas y Ocloyas sufrieron las consecuencias de una epidemia.
El Vicario de Jujuy, que en aquella época era Don Pedro Ortiz de Zarate,
atendió a los Paypayas durante diez años, ayudándoles a reedificar su capilla,
destruida por un incendio. La tribu de esos indios fue desapareciendo poco a
poco, y al término del S. XVII había quedado reducida a 15 miembros, según
consta en documentos de la época.
Aunque
los textos en relación a la historia de la imagen de la Virgen del Rosario de
Rio Blanco y Paypaya son escasos, si existen versiones que permiten una
aproximación a la fecha en que aquella apareció por primera vez.
Por
ejemplo se sabe que: “españoles y aborígenes de aquella región atribuían
milagrosos poderes a la Virgen del Rosario, que se aparecía durante los ataques
de los feroces indios del Chaco, los poderosos Tobas”.
Por
otro lado “también existen documentos que prueban que el culto a la Virgen del
Rosario es anterior al año 1696, como por ejemplo una inscripción grabada en
una campana del Iglesia Catedral de Jujuy: ‘Soy de Nuestra Señora del Paypaya
(1696)’”.
Asimismo,
una tercera versión describe “la aparición de la imagen, primero en las
rusticas chozas de los Paypayas, luego en la ermita de Ortiz de Zarate, para
tener después en 1833 la actual capilla”.
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